Estábamos dando un paseo cerca del Hotel Rural Banú Rabbah, cuando delante nuestra la naturaleza nos ofreció un espectáculo increíble: un montón de gusanos cruzaban el camino unos detrás de otros como si estuviesen de procesión.
Era la primera vez que Alma, Tita y yo veíamos tal espectáculo. Al principio pensamos que era muy interesante, no, era fascinante.
Todos juntitos y siguiendose nariz con trasero daba la sensación de que era una culebra o una divertida banda de musica callejera.
Cuando me estaba acercando para verlos mejor, de repente, Mercedes la directora del Banu Rabbah, salió escopeteada del Hotel. Nos gritaba algo como “¡Peligro! ¡Peligro, No tocar!”.
Así tuve mi primer encuentro con estos maliciosos enanos andarines.
¡Tengan cuidado! ¡No es broma! Son altamente tóxicos para los animales. Perros y gatos en particular.
"Esta oruga, que forma hileras a principios de primavera, supone un importante peligro para nuestros perros. Cuando se siente amenazada, la oruga procesionaria libera unos pelillos urticantes que desencadenan una rápida reacción alérgica en los perros, provocando una importante inflamación de la lengua, pudiendo llegar a perder parte de ella o, incluso, morir de asfixia."
Desde entonces hemos leído muchos artículos sobre estos maliciosos individuos. Algunos veterinarios y otras personas con experiencias personales han escrito artículos muy interesantes. Os invito a leer algunos:
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